Ya no ando con pinzas, no camino de puntillas. De pronto abro las puertas en un movimiento, y no poco a poco esperando que no rechinen. Pienso las veces que quiera en ella, porque ya no estás para hacerme sentir culpable, para hacerme pensar que sentir así de lindo no tiene sentido. Hablo más conmigo misma, me sacudo los fantasmas con una peli o 30 Rock a media tarde. Me descubro en las palabras de gente que ya no escuchaba, me río de cosas que nunca hablábamos. Nosotras nos sentamos los fines de semana a ver una peli o American Idol, comiendo helados; entonces recuerdo que los ratos con vos no eran exclusivos, y que funcionaban porque yo era la mitad de eso... todo lo que yo aporto lo hace un 50% maravilloso.
A veces tengo que volver a la cama, porque no quiero ir a un lugar que suena tanto a vos todos los días. Me duermo unos 15 minutos más y después me sigo alistando. Una hora después estoy en esas calles y sólo respiro lento, poco a poco; trato de hacerlas mías. Así me sentiré un centímetro más alta, terminará el día de trabajo y volveré a los helados, a las pelis, a las salidas entre semana y a los vinos en otras copas. A los cariños que andan por ahí, livianos, tranquilos, flotando.
1 comentario:
qué bello!
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