28 enero, 2008

A veces pareciera
que fuiste la secuela más larga
de un tiempo donde no tocaba tierra


y ya estando casi casi cerca del suelo
te ves mucho más pequeño.


Resulta que la altura no es sólo símbolo de grandeza,
si no también un símbolo
de que tan lejos resultamos estar
(uno del otro)



La foto es de aquí

26 enero, 2008

Me queda un mes más de mi año, me restan 30 días antes de cerrar libros y hacer inventario. No sólo eso cuento; estaba sacando cuentas de cuántos lápices 6B voy a necesitar para terminar el curso de dibujo, cuántas materias son muchas y cuántas son muy pocas.

Estaba usando los dedos (de las dos manos) para ver cuántos se fueron, cuántos llegaron y en especial cuántos se quedaron (de una mano). Pero también lleva a una lista mental de cuántas razones hemos dado a muchos para no quedarse.

Intenté recordar cuántas veces había planeado ir a esos lugares que nunca voy y juro que esta vez si será, de paso recordé que hace mucho era tiempo de ir de nuevo al doctor.

Conté cuántas canciones he dejado de escuchar y por más que traté no pude ni empezar a calcular cuántas palabras se me han escapado y no he escrito.

18 enero, 2008

Hablándome un poquito

Cuando las palabras se me escapan de adentro tienen más sentido, se pintan con colores brillantes al frente de mis ojos y hasta se oyen diferente.

En la cabeza debe de haber un eco que distorsiona lo que terminamos oyendo cuando nos decimos cosas por dentro y bajito; debe de haber un filtro, un bicho travieso que se parte de la risa ordenando palabras de formas diferentes, robándose unas para que no sean oídas e incluyéndolas donde nunca estuvieron. De seguro que pasa ratos maravillosos jugando con mi cordura, en el fondo sé que yo lo dejo.

Es bueno hablar, sacar todo, decirlo, oírlo como realmente era, sentirlo. Que te dé en la cara lo que estás diciendo porque a pesar de que viene de tu boca parece como si hasta este momento lo supieras. La negación a veces es un estado malicioso... ¿lo será siempre?

No siempre me creo lo que digo, no siempre me lo digo a mí. Muchas, muchísimas veces le hablo a los demás; les cuento y les digo lo que opino, yo a veces prefiero no hablarme cuando le estoy hablando a los demás. Por eso creo que digo tanto, tantísimo y hago poco.

Ahora quiero ser fuerte, por mí y sólo por mí; quiero hablarme y decirme qué quiero, qué siento, qué necesito y en especial, qué NO necesito y es mejor que se vaya para siempre. Espero guardarme todas estas conversaciones con todos y conmigo para cuando aparezcan sus palabras, que esas tengan menos volumen y poder decirle: "Estoy mejor así"

07 enero, 2008

Fin de semana

Lo bueno de contarse un cuento y comentarlo con alguien más es que ambos pueden creérselo de principio a fin... total está en sus manos que sea mentira o sea verdad.


Si al contar el cuento se añade un fin de semana lejos de tanta mierda que quiere que el cuento sea mentira el mismo va tomando más sentido y de verdad nos creemos que es la realidad.

Si resulta que el cuento no era tan cuento porque algo de verdad tenía entonces ese fin de semana se acompaña de una noche muy real que no podría contar.


Si sucede que el cuento no es tan cuento y se acompaña de palabras que desesperadamente quieren ser de la vida real entonces ambos consideramos si esta puede ser la "vida real".

Si caemos en cuenta de que el fin de semana se acaba entonces el cuento vuelve a ser cuento, es domingo en la noche y me despido de quien se lo creyó conmigo... Ya el lunes no nos acordamos.