26 noviembre, 2007

Buscando entre palabras propias y ajenas (a ver si algunas hacen eco en este momento)

Un día de enero del año pasado le dije a Sirena que había que buscar ese lugar "donde nos burlemos de las lluvias con la certeza de que no han llegado para quedarse". En su caso era verano, eso me respondió... yo apenas empiezo a ver últimamente unos días de sol pero sólo afuera, de la ventana para afuera, tapados por la cortina para que no irrite los ojos hinchados de tanta lluvia de la ventana para adentro.

Me venía cuestionando que por qué poner todo esto aquí y dejar que se conviertera mi bosque en todo lo que parece últimamente: en un lamento, en las heridas abiertísimas, en las palabras amargas, en los sueños rotos y en los pedazos que aún no logro encontrar... menos pegar.

Y es que, si no es aquí ¿dónde?. A mí se me había olvidado qué era esto, se me olvidó porque había llamado a este lugar como se llama y lo más importante, había olvidado porque lo necesitaba en un principio. Lo hago todo por mí, porque lo necesito, porque las palabras no tienen que sonar como quiero, sólo tienen que salir.

Tengo el alma hecha un puño al lado derecho del pecho, no me pregunten por qué... es ahí donde siento que aprieta más.



Como recordatorio para mí misma:

El ultimo bosque: el lugar del cobijo, donde las sombras nos sugieran la utopía del sol que se colará por las copas y nos calentará algún mediodía, donde nos burlemos de las lluvias con la certeza de que no han llegado para quedarse, donde habrá techo para todos, donde nadie dejará de guarecerse, donde la geografía sea más solidaria que temerosa. El lugar de la compasión, el lugar de la añoranza.

21 noviembre, 2007




Resulta que tal vez sos como la enfermedad que
en silencio
no queremos que se vaya


para tener una
buena
excusa para permanecer todo el día en cama






La foto es Robert, su fotoblog aquí

18 noviembre, 2007

Reloj

Es que ser un reloj debe de resultar fatal, dando la hora todo el tiempo sin poder dejarla atrás.

Ser un reloj cuerdo, de cuerda, mecánico... y cuando ellos, los relojes, deciden suicidarse parando la marcha; vamos nosotros de ingratos a comprarles otra vida que no deseaban.

16 noviembre, 2007

Habrá vacante

No precisamente dejaste una vacante, es más bien que saliste un día y decidiste no regresar.

Ahora tengo un espacio lleno de todo pero vacío de vos.

Tendré entonces que desalojarte, sacar tus cosas a la calle y limpiar los rincones impregnados de tus caricias.

Pintar de colores las paredes y poner cortinas nuevas, cambiar los muebles de lugar.

Y si me sobra un día entre tantos números y diseños podría abrir las ventanas, dejar que entre aire nuevo y al final del día cerrar la puerta esperando que venga alguien a ese hermoso espacio nuevo.



El canto que sirvió de inspiración

12 noviembre, 2007

Todo lo que parece un final y es en realidad un principio

Aunque el principio del telar sea hilar e hilar los hilos, cambiar de puntadas y cambiar de hilos, seguir la secuencia hasta llegar al final... aunque el principio sea llevar el hilo y no perderlo hasta la última puntada no hay que olvidar cortarlo cuando sea necesario, tener unas tijeras a mano y si es necesario llamar a otras manos que puedan ayudar.

A pesar de que el corte del hilo parezca el final es sólo el inicio y aunque parezca que la última puntada es la conclusión, esto sólo lleva a miles de puntadas y miles de hilos en cientos de telares que aún no logro descubrir.





Yo ahora no me siento concluyente, pero los finales llegan sin pedirlos y sin darnos cuenta.