04 febrero, 2011

Febrero

Así se ve febrero siempre, soleado, tranquilo... la brisa, o por ratos más que brisa: el viento. Se va despacio, tranquilo. Yo ahora me lo como a bocados pequeños, los maravillosos atardeceres desde la ventana del tren de Heredia; el de 4:30 no es pa' tanto, en el de 6 ya se perdió. "Agarrá tren de 5:30, se ve todo naranja naranja... del otro lado ves morado, hermoso". Los colores complementarios no salen del círculo cromático, ni del mostrario de Master Palette, mejor te vas un día y caminás por todo lado, ahí vas a saber cómo se combinan realmente los colores.

De este lado todo está bien, yo me acuesto todos los días pensando que qué rica es la vida, la gente, los cariños, reírme hasta llorar. Que ayer empezó el Año del Conejo, y el Año del Tigre me hizo revolcada (yo, Tigre de Fuego, no iba a salir ilesa de algo así)... y ahora paz, eso dicen del conejo, qué envidia. Mi hermano es Conejo, yo soy Tigre, lo que son las cosas.

Tengo ganas de ir a la montaña, y entonces me sentaría durante un par de horas sólo a ver alrededor, oír como que me hablan y son sólo los árboles. Hay un lugar así y corresponde a la niñez, las ganas locas de volver.

Inventario de cariños, de gente presente, de personas anheladas y de lo que ya no está. Entonces en 22 días se vienen los 25 encima, y yo recuerdo que hace nada llegaban los 20... y después van a llegar los 30, voy a sentir que el tiempo pasó y no me avisó (es que a nadie avisa, o estamos avisados con anticipación y se nos olvida).

En fin, el sublime febrero. Que me quedaría atrapada en este mes al menos unos 30 días más, sentir que la vida fluye así tal cual. Aunque también pensaba que dejar fluir no nos gusta y esas ganas de meterle mano a la vida nos gana, a ver cómo sale si tal cosa.

Veamos cómo sale esto, yo le meto mano (mucha, me encanta) y también lo dejamos fluir... ¿por qué no? Si hasta ahora no hay gran queja.

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