18 enero, 2006

En el último bosque

Ana en un punto estratégico del río que cruza el último bosque, viendo por un momento el horizonte, la brisa fría mueve algunas ramas, ahora ve el río y teme lo peor.

"Necesito ladrillos, no no, grandes bloques de piedra, eso es, tiene que ser al pie de la colina, tiene que ser pronto, porque esta brisa lo anuncia... viene con fuerza"

Camina, piensa, calcula y se da cuenta que necesita ayuda, sin embargo hay momentos en los que el último bosque permanece vacío y abrazado a su presencia.

"Está bien, lo acepto, te necesito, estás rondando por aquí y sabés que sin vos no puedo... es que quién entiende esto? Sos el único que me puede ayudar a salvarme de vos"

Aparece imponente al pie de la colina, con una sonrisa casi genuina, Ana retrocede unos pasos y habla bajo para no ser oída.

"Bueno, en teoría es cierto que sin él no puedo, o en todo caso me tomaría más tiempo que el que tengo, porque de poder puedo, eso sí!! Pero no, tiene que estar aquí, tiene que ayudarme a levantar esta pared, que conozca cada centímetro, que conozca las fortalezas y las debilidades, para que la derribe cuando quiera..."

Se quedó inmóvil, pensó en lo que había dicho, pensó corregirse, explicarse, recapacitar... decidió aceptar.

Media vuelta y estaba ahí, con su paz casi real, con su cariño casi honesto y con una que otra característica que a pesar de no ser propia de él, Ana veía.

"Estás aquí, era hora no? Pretendías esperar más, más ruegos, más invitaciones, más gritos, más verme sumida en desesperación? Ah? Respondé!!... Con vos no se puede, a lo que vinimos"

Él sonrió, agarró su mano y caminó. Se levanto la pared, al pie de la colina, con bases sólidas, con grandes bloques de piedra, perfecta para cualquiera, imperfecta para ella.

"Es inevitable, lo sé, llegarás con toda tu fuerza, con toda tu energía e inundarás el último bosque; tardará meses, tal vez años, en recuperarse. Traerás agua que ahora necesito, pero solo me ahogarás, te conozco, así sos, así sos cuando estoy yo"

Él entrecerró los ojos y movió lentamente su cabeza hacia un lado, levantó un hombro, dio vuelta y se marchó.

5 comentarios:

Humo en tus ojos dijo...

Al agua hay que dejarla correr... a veces se encausa, a veces inunda, a veces no llega y todo se seca, pero esa es su Naturaleza, poderosa, correr libre, bajando pendientes por los bosques y las calles del mundo. Hasta llegar al mar.

Solentiname dijo...

no sé si tanto conflicto valdrá la pena. En la de menos de verdad es mejor que se vaya y no vuelva.

Ana dijo...

Humo: Claro, ese era el punto, hay que construir paredes que puedan ser derribadas, porque al agua hay que dejarla correr.

Sole: Bueno, de hecho no se sabrá si volverá o no. Lo importante es lo que dijo Humo, dejar el agua correr.

Floriella dijo...

Los "casi" no son suficientes. Agua que no se deja beber, mejor dejarla correr...

Sirena dijo...

Yo no sé decirte qué es mejor ni que es peor y probablemente haría lo mismo, no importan las consecuencias.