11 diciembre, 2005

La cultura de la culpa

"No haga eso, porque cuando los chiquitos hacen eso Diosito se pone triste"

Eso le decía una madre joven a su hija de aproximadamente 4 años. Con ella iba su otro hijo, un niño que a pesar de no tener mucha edad se notaba que esa cultura de la culpa era parte de él. No capte muy bien que era lo que hacía esa niña para poner a Diosito triste, pero era seguro que no tenía que repetirlo.

"No la estamos regañando, es un consejo"

Esas fueron las palabras que dirigió el niño de escasos 7 años, aparentemente, a su hermana. Además de eso repetía constantemente la frase de la madre, enfatizando que "no queremos que Diosito se ponga triste"

"Verdad que usted no quiere que Diosito esté triste?"

No sé que tanto podía entender la niña de lo que le estaban diciendo; probablemente como parte de su inocencia quiera evitar que alguien esté triste por su culpa, más "alguien" tan importante como Diosito, al que la madre le agradecía constantemente durante la media hora que duró el viaje en bus en el cual aconteció lo mencionado.

"Que lindo el arbolito de Navidad verdad? Gracias a Dios por el arbolito"
"Usted es una niña muy sana verdad? Gracias a Dios"

Aquel que les ha regalado la vida, la salud, un árbol de Navidad tan lindo como el que vieron; a ese estaba poniendo ella triste con sus acciones, a alguien tan importante para su madre. Alguien que, como le dirán mas adelante, es misericordioso y perdona a todos sus hijos; y si se cuestiona este episodio en el futuro (si es también que lo recuerda) no entenderá porque si la perdonará tiene que sentir culpa por lo que hace.

De cuánta culpa puede ser conciente un niño de esa edad? Qué será de ese niño cuando grande? Evidentemente su hermano, un par de años mayor, ya estaba conciente de su culpa, de que el hacer "cosas malas" significa cargar con un peso emocional, que todo lo que hace debe de estar regulado por si "Diosito se va a poner triste"... y no es regaño, es consejo.

2 comentarios:

Solentiname dijo...

ese sistema de educación es una fábrica de futuros ateos...

Ana dijo...

Eso es lo más triste Sole, que personas como esa madre no se dan cuenta que lo que hacen es contraproducente, y dentro de unos años se preguntarán que hicieron mal.