12 diciembre, 2005

Después de la tormenta... ¿la calma?

Por inusuales circunstancias y deseos ocultos un día de este fin de semana terminamos la noche en el Jazz Café, como ya era tarde había pasado la "tormenta" Malpaís. No en el mal sentido de la palabra, porque Malpaís es tormenta de emociones, sentimientos, recuerdos, arte, sonidos, acordes, letras, palabras, es una tormenta de alimento para el alma.
Sabía que había pasado ahí, he vivido varias veces la tormenta, me ha empapado, me ha inundado con su agua, entiendo lo que se sintió en el Jazz durante dos horas. Sin embargo, siempre ha quedado la tormenta dentro de mí, ese día fue diferente.
No era igual que las experiencias anteriores, al entrar se sentía diferente, el ambiente estaba cargado, el lugar estaba vacío. Quedaban caras satisfechas, empapadas (como he estado tantas veces), cantando en su mente una y otra vez la canción favorita, o la que tocaron de última, o la que esperaron durante todo el concierto.
Quedaron los atriles vacíos, sin partituras; los instrumentos que no pueden irse con su dueño, que pasaron de ser uno con quien los toca a un simple instrumento. Quedan las mesas y sillas que recibieron personas expectantes, luego emocionadas y finalmente complacidas; recibieron "primerizos", amantes de la buena música, y antiguos o nuevos seguidores de Malpaís.
En ese momento el concierto era historia, recuerdos, anécdotas y una canción en la cabeza, para nosotras era la calma luego de una explosión de arte de varias personas, de las que dan arte y las que los reciben con arte; personas satisfechas, complacidas con tanto alimento para el alma, que dependiendo de su historia personal, les durará toda la semana.
Para los que lo vivieron completo no es calma, porque una tormenta así tiene eco, se siente la emoción, la adrenalina, la felicidad y tristeza que pueden hacer sentir las letras de esas canciones, retumban las notas y se quedan grabadas las imágenes. No hay calma después de esta tormenta, porque es interna, y como todo arte... es parte de nosotros tanto como queramos que sea.
Y ellos se van, al terminar el concierto saludan a un par de personas, que agradecen y elogian lo que acaban de brindar; para ellos terminó otro "chivo" más, se ven complacidos, probablemente todo fue tan bueno como siempre. Y vendrá otro día, otra tormenta... la calma para unos y el eco de esta para otros.

2 comentarios:

Solentiname dijo...

pero COOOOOOMOOOOO??? Iván reloaded y Sole no estuvo ahí? esunabarbaridáesunrelajo!

Ana dijo...

Soleeeee!!! No sabías?? Juraba que sí!! Pero bueno... para la próxima, el 22 y 23 tocan de nuevo y por ahí andaremos... como siempre...
E Iván, encantador como siempre!! Jaja
Saludos!!!