05 junio, 2006

De mis libros

Tengo un libro en la mesa de noche amontonado con los demás, están uno encima de otro sin orden. Algunos están en el tope aunque ya los haya terminado; los que estoy leyendo actualmente a veces están en el fondo, hay más de un separador entre sus páginas. La historia avanza diferente cada día.

Este es uno de los que he leído menos, lo he ojeado un par de veces pero nada más; conforme avanzo en las primeras oraciones me atrapa, no quiero dejarlo... el libro me cautiva, ninguna palabra es suficiente.

Una página tras otra, leo rápido, es un torrente de palabras; pero de un momento a otro blanco, páginas y páginas en blanco, numeradas pero en blanco. No hay capítulos, no hay títulos... sólo nada, sólo blanco.

En la búsqueda desesperada de palabras llega el final, reaparecen las palabras hechas un mar; un final hermosamente escrito, el final perfecto y regresa ese sentimiento de las primeras oraciones. Cierro el libro después de haber "terminado"... sin embargo realmente no ha terminado, falta tanto.

¿Qué hago con un final tan hermoso que no tiene desarrollo?

6 comentarios:

Kri§ dijo...

No estaremos leyendo el mismo libro??? Se parece mucho al que tengo en mi mesita de noche...

Saludos.

Ana dijo...

Me fui a tu blog y encontré que sí, parece que vamos a la misma librería querido. (Yo tengo varios así, vos?)
Saludos!

Denise dijo...

Pues la parte hermosa es inventarle el relleno, se tarda más tiempo que si solo hubiera que leerlo, pero se pasa bien.

Denise dijo...

Pues la parte hermosa es inventarle el relleno, se tarda más tiempo que si solo hubiera que leerlo, pero se pasa bien.

Humo en tus ojos dijo...

¿leerlo muchas veces???

Ana dijo...

Denise> Claro, tenés razón; el único problema es la prisa que tenemos a veces de terminarlo.

Humo> No creo querida, sería más bien poner un lápiz a danzar entre las páginas.