24 noviembre, 2010

Incluso la nada / Extracto 1

yo sólo pienso en sus besos, porque los olvidé,
porque ahora no sabría explicar cómo son.
yo tengo buena memoria, no olvido besos;
los suyos se me cayeron de la bolsa un día, no me di cuenta, no me devolví a recogerlos.

desde este lado de la pantalla extraño sus manos,
porque mi obsesión por ellas no tiene cómo detenerse.
y yo sólo puedo verlas de largo, sosteniendo un cigarro y una copa de vino,
¿acaso es eso suficiente?

hay una imagen que no se me borra: la de su piel con la mía,
a mí me gustan las fotografías con alto contraste, usted lo sabe.
nosotras no somos más que eso: contrastes demasiado altos.


Esta es una de las entradas que había escrito en Incluso la nada tiene nombre, un blog paralelo que servía de escape anónimo. El nombre es gracias a un maravilloso texto de Víctor Alba de la Vega.

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