Hay gente que resulta esclarecedora... porque así son, o porque una se ha encargado de darles ese sitio en la vida.
Yo vengo acá y hablo de murallas, de mis murallas... si han caído para ella o si construyo otro montón para el resto de la gente que me rodea. Entonces llega alguien y me dice que qué tal las murallas de los otros, el respeto a las murallas ajenas.
Ahora veo clarísimo un patrón que se viene dando hace varios años, me siento fuera de lugar. Como cuando una se lleva un susto y queda el resto de la sensación: el corazón que late rápido, el hablar pausado, un escalofrío y una conciencia aumentada de cada parte del cuerpo.
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