Hoy hace frío como hace rato no hacía, o tal vez estuvo más frío el fin de semana pasado y por estar trabajando no lo noté.
Como todo... por estar trabajando echo al olvido las ausencias, las palabras atoradas en la garganta (o en los dedos, tantas palabras pegadas en la punta de los dedos), los ratos aparentemente eternos en la cama vacía, las ganas de ir a cortarme el pelo (o dejármelo largo de nuevo) o que quisiera saber cómo te gusta más.
Y es que si el finde pasado hacía más frío, yo ni me di cuenta. Tampoco caía en cuenta del montón de palabras que quiero decir; la cama vacía no me pesaba tanto y el pelo parecía el de hace 3 meses... acabado de cortar. Pero de todo, lo que más me sorprende, es preguntarme cómo te gustaría más.
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