22 noviembre, 2010

Durante las dos horas de tragedia, lloré desconsoladamente durante una, me quedé sin energías durante la otra. Para la tercera hora sólo quería que llegara ese instante dónde una sabe que ya todo pasó, dónde se recuerda la tragedia como algo distante... y las lágrimas parecen pura exageración (pero no, hoy lloré como no lloraba en meses... habrá sido por eso que hoy no hubo consuelo).

nada como sólo llorar, no tener que hacer más que eso, cerrar y apagar todo, dedicarse durante 10 o 20 minutos a llorar sin pensar más que en esa costumbre de limpiarse las lágrimas con cualquier cosa que una tenga puesta... como para andar vestida de lágrimas siempre

Lloraba y seguía trabajando, porque tenía que resolver sí o sí... lloraba y pensaba en las ganas de escribir correos kilométricos. Simplemente abrir la cuenta porque sí y contar cómo después de más de 12 horas de trabajo todo se va a la mierda.

Y ya que estamos en eso, agregar que a veces quisiera salir corriendo de estas cuatro paredes y no puedo, que tengo presente una incertidumbre de estar cometiendo errores que tenga que pagar muy caros... de cómo el tiempo en que pienso en ella me hace el día cortísimo. Escribir que mi abue está mucho mejor y ya no ha vuelto a llorar cuando estamos juntas, que mi hermano trabaja demasiado tiempo y me hace falta una gran parte del día. Que a veces no tenemos días buenos, y no nos alegramos la vida como en mejores tiempos.


Hay días que no, el blog no es suficiente.

2 comentarios:

MY dijo...

qué fuerte!!
esta frase me encantó " como para andar vestida de lágrimas siempre...", apenas para esos días, un poco como la tarde de hoy... y sí, a veces el blog no es suficiente.

Ana dijo...

quisiera pensar que igual las lágrimas se pueden ir en una lavada, no estoy tan segura.
tu tarde de ayer... espero que no haya sido tan fuerte