16 octubre, 2006

La dulzura del plural inconsciente

Mientras leo me doy cuenta de ciertas cosas; de sus amores, de sus penas. Me doy cuenta de sus trabajos que aman a ratos y les duelen otros, de sus tesis y sus clases que son parte de esa vida tan real de todos los días. Los leo dos veces, para ver si entendí del todo... si no había una señal secreta entre algún párrafo; y hago apuntes mentales de miles de preguntas y comentarios que se me ocurren.

Entonces al sentarnos en una mesa todo se sabe desde antes, y se sigue una conversación que parece que fue hace 20 minutos... y todos sabemos, todos entendemos; y los otros, que no son nosotros, no entienden nada; para ellos no tiene sentido ese pedazo de conversación que juran acaba de empezar.

Y nos reímos y sonreímos, lloramos a veces y nos enojamos sin tener que explicar por qué; ya todo se sabe... es una conversación tácita la de todos los días, que continúa sin parar. Ya todo se entiende y se usan las mismas palabras, las mismas frases; se habla esta cosa que suena a español y no es precisamente correcto.

Pero eso es normal, y pasa siempre; cuando se pasa mucho tiempo juntos, con los viajes y las noches de vinos. Pasa cuando llamás urgentemente a cualquier hora a contar la buena nueva o la mala muchas veces ya conocida. Pasa cuando se siente uno en casa al llegar a ese hogar donde dicen que viven solas (pero ahí viven más que en otras casas de muchos cuartos y muchas personas).

Lo que no pasa siempre es ese plural inconsciente que se nos escapa muchas veces. Entonces yo digo que:
"Te queremos", ella dice otro día: "Estamos felices por vos", él dice dulcemente: "Te extrañamos" y ella asegura: "Aquí estamos para lo que necesités"; dando por sentado este sentimiento compartido que podemos asegurar por los otros.

Y esas palabras salen y tal vez no nos damos cuenta siempre, pero en la segunda leída de los comentarios o de las conversaciones me doy cuenta y sonrío. De ser parte de un plural inconsciente dentro de tanta pluralidad consciente y a veces hasta obligada.

9 comentarios:

Nubes de día dijo...

En el fondo nosotros sabemos quienes somos, conocemos, sentimos, sinceramos. Hoy o manana, y leer una y otra vez da mas perspectivas, un dia lo lees feliz y otro triste, y eso hace una gran diferencia.

Conocer y compartir, talvez mas amar, eso hace que al final sonrias y que ese plural inconsciente deje de ser plural, se subjetivice y se vuelva vos y al que quieren.

Si no me entendes, te explico. Vos sabes que yo te quiero y que estoy feliz por vos.

Por mi que te lo digan con parcantas, que te llamen y te escriban, yo no puedo ir a tu casa, pero te quiero y de verdad ESTOY FELIZ POR VOS.

Gracias amiga.

djtopo dijo...

estamos seguros de esto?

Anónimo dijo...

:_)
El fin de semana le dije a un amigo algo que creo que define esto: sentirse acompañada es el mejor regalo.
Un abrazote, hermosa!

eskaraboquio dijo...

Que cierto es todo eso que decís ahí!

BuddhaJesus dijo...

El oso, meloso.

alefux dijo...

yo sí entendí... :P

Sirena dijo...

¿verdad?

:: Cianuro :: dijo...

un abrazo.... nada mas...

Humo en tus ojos dijo...

jojjojojojojojojo!!!
No sé porqué razones este nos costó varias leídas para entenderlo.
Seguro porque lo estuvimos leyendo solas y ninguna llegaba a explicarnoslo!
Sí entendimos!
Sí nos gusta!