Ayer volví a las mismas aulas de hace más de un año, a las mismas clases del cuarto piso con vista al arbolito que le encanta al perezoso, ese que con sus movimientos taaaan leeentooos no me deja poner atención en clases. La verdad entre un perezoso con movimientos lentos en su árbol hermoso y una pantalla con diapositivas de power point gana por mil el perezoso (no es que haya duda alguna).
Pero volví, compartiendo con caras conocidas, porque a pesar de mis circunstancias de fuerza mayor ese sistema tan engorroso permite que cualquier circunstancia de fuercita menor tenga las mismas consecuencias... un año más ahí. Así que tendré conocidos con quienes compartir mis domingos haciendo trabajos en grupos, mejor que si fueran todos desconocidos.
Me preguntaron cómo me sentí y la pregunta me agarró fuera de lugar porque no la esperaba (a pesar de que pasé todo el día pensando en qué iba a sentir). Me sentí diferente, durante 4 años me había sentido la misma en el mismo lugar y ahora no es igual.
Las aulas son las mismas, con el mismo masking tape que pegó aquel profe hace 6 semestres, algunas caras que podría jurar que son los mismos (tal vez algunos se sientan igual que yo y no lo sé), los mismos pupitres con los mismos "forros" para algún examen de algo que creo que nunca llevé. Y yo sentada ahí no siento lo mismo de antes.
Y bueno, han sido sólo dos días, faltan muchos más y aunque no tengo dudas de que será difícil tampoco dudo de que mucho será maravilloso... porque hay de todo, mucho de eso de antes pero también algo de eso de ahora.
3 comentarios:
Leyendo tu post me dan como ganitas de llorar, pero también como de haber orrganizado un baile inentendible en aquella sala de colores tristes. Me dan ganas de brincar y bailar por el ahora, y los ahoras que sigan.
Abrazo
espero lo mejor!!! saludos!
Te deseo un excelente nuevo período...
Grettel
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