24 abril, 2011

Pues sí, resulta que aquí nadie es una isla.
Resulta que nadie quiere serlo.


Y de este lado sentimos, algunos días más, otros menos.
Dicen que las hormonas. ¡Ya ven!, las pastillas son un invento.


Entonces hay cosas que son obvias (vos las sabés, yo también), pero no se dicen.
Con cuidado, que por un paso en falso se quiebra este puente.


Pero una ya está grande.
Ya viste ropa de adulta
(el mismo jeans y la misma camiseta en una talla más grande),
ya puede ser sujeta de (por el) crédito,
ya puede firmar contratos de alquiler,
formar sociedades,
abrir cuentas bancarias.

Sí, una ya está grande.


Y cuando una está grande, las verdades dichas deberían doler menos...
aunque éste parece no ser el caso.

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