Lo mejor de atreverse a tirarse al agua es saber que estamos seguros, de una forma u otra; porque a pesar de que no sé si puedo nadar o no (además no sé si lo necesitaré) lo que no puedo dudar es que a la orilla estarán quienes lleguen a mí para sacarme del agua en el momento que llegue el último respiro. Están quienes llevan años estando, los que están hacen un par de ellos, los que se fueron a dar un paseo y regresaron... están los que apenas dan los primeros pasos por estos lugares y aún así están todos dispuestos a "sacarme en caso de peligro".
También debo decir que parte de esa dulzura de tirarse al agua es volver a esas palabras que se oían antes, a esos sueños que quedaron a medias y ahora regresan no para ser retomados, si no para ser reestructurados. Volver a las tardes de sol y planes interminables... a pesar de todo aún me siento caminando a pasos cortos y lentos, aún siento que falta algo que me haga preferir estar dentro del agua.
*El "Por consiguiente" se da a partir del comentario de Sirena en el post anterior.
**La imágen es de SAB687
1 comentario:
¡así es!
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