Cuando las cosas se pudren, apestan. Se pudren porque ya terminó su mejor momento. Los días también se pudren, cuando se arrastran días que ya han pasado.
Se pudren las ideas cuando no se les dan vuelta y se pudren los sueños que se dejan en una esquina.
La realidad se pudre cuando se estanca.
Y ahí es cuando todo apesta
2 comentarios:
estoy de acuerdo,
solo ten cuidado...
Lo que está podrido puede ser el abono de algo nuevo.
Publicar un comentario