20 marzo, 2008

Catársis

Ni siquiera pensaba escribirte, no lo hice por un par de semanas... no lo sabés pero fueron los días más críticos; los días que, como dije antes, llegaste como una ráfaga. Sí... lloré, maldije, grité; sentí que todo volvía a ser como antes. Malditos meses donde me perdí y me ahogué.

Pero el silencio no es respuesta, nunca ha sido mi respuesta; el silencio me molesta porque hay tantas palabras en este mundo que por qué no hacer el esfuerzo de encontrar las adecuadas. Sabés que las encontré; otro también lo sabe, me lo ha dicho, no lo esperaba de mí... yo no lo esperaba de mí misma.

Ahora no te gustan mis palabras, son pocas (nunca mis palabras han sido pocas), son escogidas y pensadas. Pero son las únicas palabras que tengo para vos, si querés más tenés que buscarlas...

Lo siento, mis palabras ya no fluyen por vos.

3 comentarios:

nea dijo...

Me encantó eso de "el silencio no es respuesta", uy que chivis, por otro lado me dejó pensando que debo escribir mucho mucho por los que me fluyen palabras como mi mamá y mi hija! Ana, ta lindo!

Andrés A. Villalobos Vargas dijo...

el silencio tiene doble filo... en mi vida siempre ha tenido doble filo...

pero si me corto estando en silencio sano rápido...

Fabián dijo...

El silencio es un espacio arduo de autoconocimiento, en realidad es fundamental, en la música, en la vida, en todo, es talvez ese preámbulo de una gran obra.