18 septiembre, 2006

Ausencias, largas ausencias

Hace tantos días que no me doy la vuelta por aquí, aunque no me he dado la vuelta por ningún lado. Luego de una noche de hospital terrible de hospital en mi casa nos quedamos sin Internet, por lo tanto se me ha hecho imposible venir; no puedo salir mucho de mi casa entonces es más difícil escaparme a un café como lo hice hoy.

Este post se iba a llamar "Cuando el río suena, piedras trae", porque con tanta agua que me han dado ultimamente sonaba y sonaba el río. Pero traía piedras, o parecía traer. Piedras que nada tenían que ver con mi vientre, estas estaban un poco más arriba.

Hubo examenes y hospitales de nuevo, doctores con caras largas y gente preocupada. Sin embargo luego que mi cuerpo cantó de nuevo (dicen que oyen cantos cuando me hacen los ultrasonidos) estoy aquí bien... aparentemente sin piedras. Sólo unas molestias en el zapato de unas ausencias que se me están haciendo eternas.

Entonces tiro la piedra al inicio de la rayuela esperando que caiga no en el cielo, si no que a medio camino... en tierra Antigua que canta y canta, pero a veces desencanta. En vasija de cerámica que carga también agua; y que se llene la piedra de olor a almendras... que de alguna manera me mata.

A todos espero leerlos pronto, me hace falta darme la vuelta en esos bosques tan suyos. Pero por mientras me doy la vuelta en los bosques de papel y carátula pintada que me presta una biblioteca, o que me regala una mano amable. Y he escrito mucho, todo llegará a su tiempo.

12 comentarios:

Matriuzka dijo...

¡Anita! ¡Que dicha leerte de nuevo!

Lo bueno de las ausencias es que después viene el reencuentro.

Un abrazo grande para vos.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Suerte en ese bosque en el que de seguro se encuentran miles de encantos.

Vas a ver que cuando el río suena, no solo piedras trae, luego tras suyo, viene una quietud que solo la tempestad provoca.

analu dijo...

:) Que bueno leerte, yo te escribí mail y todo, estaba yo pensando si estabas bien o mal y es bueno leer de vos en verdad.

Abrazo y paz, ya vendrán cosas mejores.

maya dijo...

Anita... como te dije una vez... una nunca sabe xq pasan las cosas... ayer te estaba escribiendo un comment... pero blogger no me dejo... así que voy a hacer new version...
Hace 20 años... en México hubo terremoto que me cambió la vida... muchas personas murieron... fue un desastre completo... pero yo tenía 5 años y marcó mi destino... ya que uno de mis jefes llegó al país procedente de un México destrozado donde perdió todo... y empezó de nuevo... de no haber terremoto... no sé donde estaría yo en este momento...
Calma... que lo importante es que de cada golpe te hagas más fuerte...
Un gran abrazo vecinita...

Eva dijo...

Se te extrañaba, preciosa.
Mil besos y trata de soñar...

Sirena dijo...

¿y esa pedrada que trae adentro?

Solentiname dijo...

Ana, espero que todo esté bien. Yo estaba extrañada de la ausencia, pero sigo dándome la vuelta.

Anónimo dijo...

¡¡¡Anita!!! No sabés lo que me dolió no verte antes de regresar, sobre todo porque quedó pendiente el abrazo de "que te pongás bien, y rápido". Muchas gracias por ese cariño tan extraño pero tan genuino que se da entre los que nos leemos. La próxima vez que te vea, lo sé, vas a estar como si este pequeño incendio forestal no hubiera pasado por tu bosque. Desde aquí un besote enooorme. :-)

Humo en tus ojos dijo...

¿será entonces que es mentira eso de que cuando el río suena piedras trae??? ¿que traía el río???

jaguar del Platanar dijo...

El bosque empieza a aclararse!!!

eskaraboquio dijo...

Ana, me encantan tus post. Por famor,piensa en agregarle al formato de la página el link para poder mandarlos por correo a otra gente. Vieras que ganas me dan de compartir todo lo que siento cuando te leo. Adelante, chiquita, verás que todo va mejorando. Un abrazo enorme!

Julia Ardón dijo...

Gusto saberte de nuevo. Qué rico leerte.
Besito.