02 julio, 2012

Sentar cabeza

El detonante fue Settle Down de Kimbra... No, es en serio. Porque basta que pasen los primeros segundos de la canción para que yo esté cantándola desde el (des)enamoramiento total. Con todas las letras, las palabras. Con todas las imágenes mentales de sesiones fotográficas de compromiso... con el zacate verdísimo y ella con una blusa a rayas hermosa, como siempre.

I wanna settle down, I wanna settle down. Won't you settle down with me? Settle down.

Es así como termino soñando con embarazos... No, es en serio. Hasta sentía la panza como parte de mi torso, la tocaba y me preguntaba cómo había terminado yo en eso. Si no hay otra forma de haber estado metida en esa bronca de cabeza de no haber sido por ella. El baby shower, iba para el baby shower.

I wanna raise a child, I wanna raise a child. Won't you raise a child with me? Raise a child.

La única vez en la vida que he pensado en pasar con alguien el resto de los días sufrí un mini ataque de pánico. Me vi a mí misma como una soccer mom y básicamente salí corriendo. De ahí llegaron una serie de claridades, que por ratos hacen ese presente lo suficientemente lejano como para que ahora crea que era demasiado 'joven' como para tener idea de la vida (en realidad no tanto, pero alivia).

Desde ahí nunca más, ¿cómo se ve una amaneciendo todos los días al lado de la misma persona? Tal vez Disney no hizo del todo su parte, y Hollywood compensó. Entonces los gestos más románticos de la vida se resumen al bouquet of flours de Stranger Than Fiction y a Will Smith arreglando la máquina de letterpress para la chica con la falla en el corazón.

El problema acá es que yo no quiero que me regalen las harinas, más bien es como tener a Anna Pascal de novia y pasar el resto de la vida comiendo galletas bávaras.


Ya tener una máquina de letterpress es suficiente, pero entender el amor que se le puede tener es lo único que una necesitaría para vivir.


Mientras tanto el resto de las cosas me sacan un poco de lugar. Los espacios compartidos en los muebles del baño, la misma cobija para dos. Las ceremonias, bodas o lo que sea (reconocidas o no) donde se promete que sí, al menos la esperanza en ese momento es que sea para siempre. Todo eso no termina de ser lo mío.

Pero un buen día una anda por ahí preguntándoselo, porque Kimbra lo cantó clarísimo y justo en ese momento de la vida se le ocurre proyectar todo esto en alguien, en ella. Aunque la parte más interesante sea que del otro lado no consideren ni una semana de esa realidad... menos una vida entera.

I wanna settle down. I wanna settle down. Baby there's no need to run. I'll love you well. I wanna settle down.


Settle Down by Kimbra on Grooveshark 
Oigan a Kimbra, no creo que esto le pase a todo mundo.

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