23 febrero, 2011

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A veces una quiere, y da todo lo que tiene.

Da todo lo que tiene y lo que no tiene se lo inventa, va y lo compra,
o busca en google on DIY y listo, no se necesita más.

A veces una quiere tanto y la quieren de vuelta, así como es una (asumo: así como soy)
otras veces no, una quiere y no me quiere.

Yo sé qué me vas a decir. Que si me querés, que no se trata de eso. Pero los cariños no se manejan como se te pegan en gana, hun.

A veces una quiere tanto, que por ratos duele. Quiere tanto que puede dejar de querer.


21 febrero, 2011

Así soy cuando me caigo

A mí me gustaría no comer emocionalmente, no sentarme ahora con una bolsa de chocolates y muchas porquerías, de esas que vienen en paquetes que durarán más años en descomponerse que los que yo duraré viva.

Me gustaría no ir por los pasillos del supermercado con unas ganas infinitas de hacer un berrinche porque no tienen el chocolate que me gusta.

Más me gustaría no ir al borde de las lágrimas... por el berrinche, por el chocolate, por esa mierda de cadena de supermercados en los que no debería comprar pero están en todos lados, porque realmente me siento mal y este dolor es muy fuerte.

También me gustaría hacerme la loca (no esa clase de loca que creo que ya es un hecho, sino la loca que no se entera, que sigue la vida como si nada) y mandar este dolor por hueco. Pensar que los cariños son más grandes que los malentendidos, pensar que es eso: que nos malentendemos, no que ya no nos hacemos bien.

Así soy cuando me caigo es el nombre de una etiqueta que inventé para mis posts. Tantas vueltas le había dado al asunto de las etiquetas, me resultaba tan difícil pensar en cosas tan directas y concisas. Esta surgió de lo más obvio, de saber que hay días como hoy, que me caigo. Días que soy así como escribo en esta entrada, pero así no soy siempre... porque sí, "me caigo y me levanto", como dice Cortázar.

12 febrero, 2011

12 de febrero del 2011

Hoy me tatué el bosque en la piel... como se me ha quedado tatuado en la vida, en los afectos, en las memorias compartidas. En la que soy gracias a ser este bosque, este espacio y mis palabras.


08 febrero, 2011

Estos días he soñado más que de costumbre, no sé por qué. Tal vez la mente también sueña más estando despierta, en los largos ratos de camino al trabajo. Siempre me llevo un libro para leer (cada semana diferente, me gusta estar leyendo 3 a la vez) pero lo uso poco últimamente, la mayor parte del tiempo estoy soñando, pensando, preguntando sin respuesta.

Hace un par de noches soñé que jalaba por todos lados una silla que tenía una pata rota, la arrastraba para que la pata no se soltara. Cuando llegaba a un punto que me gustaba, le daba la vuelta a la silla y le acomodaba la pata. Era sólo cuestión de sacarla del hueco donde encajaba y volverla a meter. Ponía la silla con cuidado sobre el piso y me sentaba poco a poco, como midiendo si me iba a aguantar. Se balanceaba un poco, pero la tenía controlada. Toda la tarde alrededor del salón jalando una silla con la pata rota.

Ayer soñe que compartía apartamento con ella y el baño estaba dentro del cuarto. Me desperté en la cama, era de día, probablemente más tarde de lo que se considera bien visto para estar aún dormida. La vi hablando por teléfono dentro del baño, parecía que iba a salir y se estaba terminando de alistar. Me cruzó por la cabeza la idea de ducharme, entonces fue sólo levantarme y caminar hacia al baño, llegar frente a ella y quitarme toda la ropa de encima, entrar a la ducha y abrir el tubo. Como si nada, como si no fuera la primera vez; como si el desnudo del cuerpo no se comparara al desnudo del alma, y ese lo ha visto mil veces.

04 febrero, 2011

Febrero

Así se ve febrero siempre, soleado, tranquilo... la brisa, o por ratos más que brisa: el viento. Se va despacio, tranquilo. Yo ahora me lo como a bocados pequeños, los maravillosos atardeceres desde la ventana del tren de Heredia; el de 4:30 no es pa' tanto, en el de 6 ya se perdió. "Agarrá tren de 5:30, se ve todo naranja naranja... del otro lado ves morado, hermoso". Los colores complementarios no salen del círculo cromático, ni del mostrario de Master Palette, mejor te vas un día y caminás por todo lado, ahí vas a saber cómo se combinan realmente los colores.

De este lado todo está bien, yo me acuesto todos los días pensando que qué rica es la vida, la gente, los cariños, reírme hasta llorar. Que ayer empezó el Año del Conejo, y el Año del Tigre me hizo revolcada (yo, Tigre de Fuego, no iba a salir ilesa de algo así)... y ahora paz, eso dicen del conejo, qué envidia. Mi hermano es Conejo, yo soy Tigre, lo que son las cosas.

Tengo ganas de ir a la montaña, y entonces me sentaría durante un par de horas sólo a ver alrededor, oír como que me hablan y son sólo los árboles. Hay un lugar así y corresponde a la niñez, las ganas locas de volver.

Inventario de cariños, de gente presente, de personas anheladas y de lo que ya no está. Entonces en 22 días se vienen los 25 encima, y yo recuerdo que hace nada llegaban los 20... y después van a llegar los 30, voy a sentir que el tiempo pasó y no me avisó (es que a nadie avisa, o estamos avisados con anticipación y se nos olvida).

En fin, el sublime febrero. Que me quedaría atrapada en este mes al menos unos 30 días más, sentir que la vida fluye así tal cual. Aunque también pensaba que dejar fluir no nos gusta y esas ganas de meterle mano a la vida nos gana, a ver cómo sale si tal cosa.

Veamos cómo sale esto, yo le meto mano (mucha, me encanta) y también lo dejamos fluir... ¿por qué no? Si hasta ahora no hay gran queja.