31 mayo, 2006

En lo que restó de mayo


Las canciones, como las miradas, hacen sentir un vacío en el estómago


De todas las muertes la peor es la que padeció de indiferencia


"¿Por qué teniendo cien hectáreas de talento me preocupo de cultivar sólo una?"


Hoy la banda sonora de mi vida tocaba una canción que yo no conocía


A veces bastan las palabras brotando de la punta de los dedos en un teclado ajeno (o lejano, confeccione a su gusto)


Recordé que la lluvia lava las penas, y cayó un aguacero

Proceso casi completo

(Casi porque falta ver la cara del profesor, a ver si ahora sí "rompimos paradigmas")


Primero recortando, sacando lo que no sirve; tenía que escoger lo bueno, lo útil (útil no es la palabra, tantas cosas supuestamente inútiles que me hacen más feliz). Paso lleno de figuras inentendibles (eran sólo imágenes, pero no; a mí no ME da la gana, necesito palabras)


Tanto que unir: palabras, imágenes, papeles, colores... sentimientos, recuerdos, aromas, sonidos (ah no verdad? bueno sí, no tendrán nada que ver pero igual andan por aquí en la mesa recortados, hechos un puño, medio pegados a la vida)


Pegué lo recortado, taché lo que no servía, marqué lo que más importaba. Es un todo formado de varias partes, la idea supuestamente era representar cierto tipo de personas con características (tan rídicula esa idea desde el principio, la gente no se define puntualmente) pero ahora no NOS dió la gana, sabemos que así no servía.



Me dice Víctor en respuesta a una pregunta que le hice en un post anterior que "tal vez en lugar de "curas" los afectos se disuelven o se hacen cicatrices inofensivas" y pensé que hay tantas "cicatrices" inofensivas, que no duelen, que no importan, sólo quedan de recuerdo (no sé cuando se me quitará el color de las manos, pero no me importa: es por las horas que pasé en esto)



29 mayo, 2006

Siguiendo

Mientras me siento en la mesa a recortar imágenes y palabras recorto también ideas, todas las que andan dando vuelta por mi cabeza.

Lo bueno del collage es que pego lo que me sirve y lo que no lo recorto, le pongo algo encima o lo tacho con un marcador.

No sólo se me llenan los dedos de goma, no sólo la mesa y el papel; si no que también las ideas, tal vez hasta los sentimientos.

El segundo paso: no, no sé cuál es; si alguien sabe que me cuente. Puede ser que no sepa exactamente hacia dónde camino pero avanzo.

¿Será que es lo que me decía alguien hace unos años... "Ocuparse para no preocuparse"?

28 mayo, 2006





La palabra cura lento

pero lo hace más rápido que el tiempo






nos he llorado porque nos fuimos
nos perdimos
he llorado por los dos
porque tus ojos están secos y no se nublan como estos
hoy mis ojos quedan entrecerrados de tantas lágrimas
los tuyos no...
ya estaban cerrados



25 mayo, 2006





El primer paso es aceptarlo:

Te extraño




23 mayo, 2006

Publicidad

Me encanta la publicidad, lo admito, cautiva toda mi atención. Descubro que ya no cambio frenéticamente de canal cuando empiezan los anuncios, las páginas derechas de La Nación requieren varios segundos y me descabezo viendo los mupis y las vallas que encuentre de camino a donde vaya.

Aclaro que hay publicidad muy mala, por supuesto, creo que la gran mayoría; por otro lado hay publicidad buena pero que no me llega tanto.

Hay anuncios que me dejan pensando, que pasan los minutos y aún le estoy dando vueltas a su contenido. Algunos me hacen sonreír, he llorado por unos cuantos, también admito esto (lo cual no es raro en mí).

Es ESA publicidad la que me llama más la atención: publicidad emocional creo que le llamábamos; esa donde los genios de mercadeo (sí, sí... o de publicidad) se les ocurre que la venta del producto se puede asociar perfectamente con un sentimiento.

Esas cosas me encantan, ahora vi uno y por eso quise escribir el post: un niño que camina en un campo de girasoles cargando a otro en su espalda y le explica a su mamá que no sabe a cuánto está el dólar, si subió o bajó el petróleo, que no tiene celular y aún no hace amistades por conveniencia, todo porque estaba ocupado ofreciendo su ayuda sin esperar nada a cambio. Algo así era, si lo vuelvo a ver lo edito y lo pongo bien.

Sé que están jugando conmigo, que lo importante es que después uno vaya a comprarles el detergente (era de detergente Ala, lo lograron!! se me quedó grabada la marca). Se aprovechan de las emociones y muchas veces del ego de todos para vendernos lo que no se vender: sentimientos.

La verdad no me importa, aún sabiendo esto, aún entendiendo cómo lo logran, aún imaginándolos en su sala de juntas explicando la gran idea de como llegar al corazón de una madre mediante el futuro de sus hijos (que obvio no tiene nada que ver con el detergente con que le lave la camisa llena de barro)... AÚN me llega esa publicidad y está bien, porque tan de palo no me ha hecho saber como es el asunto en realidad.

22 mayo, 2006

El tiempo estos días

Estos días han sido lentos, que digo lentos, lentísimos. Normalmente se me pasa el tiempo rápido, como a la mayoría.

Duermo muchas más horas de las necesarias y aún así no bastan. Las horas vacías se van frente al tele, frente a la compu, algunas frente al libro.

La universidad ahí está, creo que en algún espacio de esas horas vacías estudio, no me acuerdo, al menos las notas dicen que sí.

Así sigue pasando el tiempo... lento.




Hay enunciados que la del espejo desmiente





18 mayo, 2006





Si fueras verbo te conjugaría en primera persona del futuro imperfecto





16 mayo, 2006

Espectador, extra, doble o protagonista

Es fácil ser espectador, ser la contraparte del espectáculo, juzgar, observar, hasta dormir si así se quiere. Sentarse pacientemente, recibiendo ideas (no es obligatorio procesarlas), bloqueando pensamientos. Es entretenido ver pasar la vida, poco a poco, viendo como los otros se comen el tiempo, el de todos, el suyo y el mío. A veces no quiero ser protagonista de esta vida, estos días no lo he querido... se me están comiendo el tiempo, pero no me disgusta.

¿No seré extra? Árbol N. 3... Puede ser que sí, el árbol tras la sombra de algún valiente protagonista, de un doble aún más valiente o algún no tan valiente (pero que lo parece) sobre el escenario. Un árbol tras la sombra de alguien, irónico. Ser extra podría ser más cómodo aún, decir que se vive y no necesariamente vivir, dar un paso más allá de la butaca que puede no ser más que disfraz de miedo.

Los dobles son unos valientes, estarán viviendo en nombre de alguien más, sin embargo se atreven a hacer eso que el GRAN protagonista no se atreve. Quieren vivir más que ser protagonistas, tal vez, al igual que yo, no quieren ser protagonistas de esta vida pero tampoco quieren dejar de vivirla. Ser doble no es fácil, de hecho creo que es lo más difícil, vivir en otro nombre.

Los protagonistas... yo que sé! Eso es apropiarse de sus palabras no? Ser protagonista no de ESTA vida, sino de MI propia vida. Ser protagonista, vivir en mi propio nombre; pero sin dobles, sin dar un paso atrás y ser extra, sin cansarme y querer sentarme en la butaca... eso sí es lo más difícil.

14 mayo, 2006

Callada





Lo bueno de tener su mundo propio es que si no se quiere nadie lo obliga







11 mayo, 2006

Es mentira

eso de que sea chiquitica...


era sólo un efecto de la luz


y los ojos que me miraban.



(De izquierda a derecha: Sirena, Humo y Ana)

10 mayo, 2006




"Vieras que linda la tarde
cuando el sol va a despedirse
pinta el agua pinta el cielo
y dice adiós antes de irse"


De los tubos identificados

Me pregunta el querido Jaguar que cuál es la historia de los tubos identificados. Nos hemos encargado de hacer alusión a la identificación pero nada que hablamos claro y contamos que fue exactamente lo que pasó, así que yo lo haré.


En La Cruz, durante las primeras horas del 6 de mayo, ingresan 3 forasteras a una casa con aproximadamente 50 años de existencia. La casa es extraña, a una de ellas le recuerda un sueño en una casa así - "Esto ya lo he vivido yooo"-

Comienzan los tours de rigor por la casa, abriendo sus casi 15 puertas, encendiendo sus pocos bombillos y subiendo sus gradas que llevan a un alto que habrá que bajar a unos cuantos pasos de distancia.

Al finalizar la exploración es hora de dormir, un largo viaje deja cansancio acumulado, las forasteras se mueven en grupo, no vaya a ser que alguna entre en alguna puerta y no salga más (digo, si entramos las 3 y no salimos más al menos estamos acompañadas!).

Durante la sesión de lavado de dientes respectiva una de ellas abre el tubo del lavatorio para enjuagar el cepillo y a sus espaldas se oye como corre agua; el sonido proviene detrás de la cortina de la ducha. Al abrirla encuentran a un tubo feliz, botando agua a la misma intensidad que el del lavatorio.

Corroborando la información levemente percibida abren el tubo del lavatorio una y otra vez, ven como están conectados de alguna forma que no lograron entender, se ríen, se vuelven a ver. Los tubos danzan la misma melodía, están identificados e insisto, así se sienten menos solos en esa casa tan grande y tan vieja.

09 mayo, 2006

Identificaciones

Un tubo de lavatorio se identifica con su colega de la ducha, cuando lo abren decide pasarle su torrente de agua a su colega, amigo, compañero. Armonizan su flujo de agua, fluyen a la misma intensidad. Las forasteras no entienden, se ríen... no supieron entender que a veces entre tanta soledad le hace falta identificarse con algo más.


Un lente se identifica con el paisaje, con azules, amarillos, verdes, rosas, blancos; luces de colores en el fondo negro; con agua, tierra, viento, fuego; parcas, humo, bosque, sirena, marañones sin semilla. Se apodera de tanto que encuentra, lo hace suyo, se identifica. El lente también quería sentirse menos solo.


Alguien se identifica con explicaciones de un estilo de vida que no fue suyo, que no pudo entender, en el que no supo entrar y cree que no es para él ni para nadie más. Se identifica con una vida que pudo ser la suya, pero que se escapó de ella; ahora justifica. La soledad puede irse a veces con las explicaciones.


Un hijo se identifica con su procedencia perdida, con nuevas historias y aventuras; con tías que no lo dejarán ir más. Encuentra chineos, otros significados de la misma carretera y el mismo horizonte que hace tiempo era diferente, que hace menos tiempo estaba guardado con llave y que ahora recuerda agradable compañía. Ese hijo se identificó con la compañía, esa de todos los días y la nueva; hoy está menos solo.


Las palabras se identifican con el viento, con el aroma a playa; fluyen de las páginas escritas hace años; cuentan una historia y vienen en cantos que dicen que son fatales, a mí me suenan dulces. Las palabras a veces se leen dentro de la cabeza, pero cuando llegan al oído cantadas se identifican y se sienten menos solas.


Una se identifica con las otras, las otras con ella; hay canciones, frases, historias (aceptadas y bloqueadas). Realidades paralelas que se fueron uniendo poco a poco, estas vidas no son como los rayos de bicicleta, son como los hilos; hilos que se tejen grueso y delgado, se unen, se enredan y se desenredan. Cuando se desteja quedarán ahí, ondulados... con la huella de cada tejido y cada nudo. Ellas se acompañan, se identifican y no estarán solas.


05 mayo, 2006

Exenta de impuestos

No es que este fin de semana sólo me exenten de tanta cotidianidad,
de edificios y carreteras asfaltadas,
de tiempo que pasa y no lleva a algún lado.

Es que me exento yo de tus brazos que no llegan,
de las palabras que no se oyen.

Me libro de la obligación de tenerte dando vueltas
en los pasillos ausentes de mi mente.

Asumo la libertad de exentarme de las horas,
de las imágenes, de recuerdos de un futuro que se aleja.

Me exento de llevarte bajo la piel...
estos días aquí te dejo y yo me voy.

04 mayo, 2006

Cuando se destraban las palabras

Algunos días decido bloquearme, no van a salir ni entrar pensamientos, dejo que todo pase poco a poco y que las horas se vayan comiendo el día; no es la mayoría de los días, son pocos, pero a veces es mejor. Esos días evidentemente no escribo, ni hago el intento; ya había decido que no iba a salir nada.

Hay otros días que no quise bloquearme pero pasó; "A veces hay mucho que decir" me dicen, yo digo (insisto con el post anterior) que tal vez no sea mucho que decir, si no son las ganas locas de decirlo las que a veces traban las palabras. No tiene que ser algo muy importante o trascendental, a veces dan muchas ganas de decir algo simple, y entonces parecés un chiquito cuando está emocionado contando y contando algo pero al final no se le entendió nada.

Días como hoy tengo mi mente ubicada en otras cosas, sin embargo en esos momentos se me destraban las palabras; tengo que encontrar un agujerito entre tanta cosa (aunque sea a las 2 a.m.) para poner al fin las palabras que salían y salían mentalmente. Le decía a un amigo un día que las cosas que más me gustan se me ocurren cuando estoy estudiando, creo que es esa manía de tratar de explicar a mi manera las cosas que ya me explican de otra.

Hoy leí en el libro del examen que las rutas que podríamos seguir en nuestras vidas no son paralelas, que se asemejan a los rayos de una bicicleta; empezando muy juntos pero separándose cada vez más mientras se alejan del centro. Decía que cuando vamos creciendo, la separación entre nuestra ruta y las demás aumenta y las otras rutas parecen más difíciles. "El pensamiento de brincar el trecho de separación hasta una de esas rutas se vuelve aterrador".

Sí, tiene sentido. Después de pensarlo me di cuenta que para mí no, porque si no quiero escoger una sola ruta qué? Por qué no podrían ser paralelas? Por qué no hasta llegar a unirse en un momento? Me están diciendo que: "O sos esto o sos aquellos, las dos no" y eso ya no me pareció.

Yo no quiero brincar... bueno, sí quiero... pero quiero más poder doblar los rayos de la bicicleta y cruzarlos, separarlos, unirlos y dejar sólo los que yo quiera. Probablemente ya así con los rayos hechos un colocho no sirva, pero no me importa, total... ni sé andar en bicicleta.

03 mayo, 2006

Me dicen, yo digo

Me dicen que las cosas las tengo que hacer por mí misma, no hacerlas sola, si no hacerlas por y para mí. Me dicen que ese es el fin principal, si quiero hacer algo pero pienso en función de alguien más no debería limitarme lo que piense ese alguien más.

Me dicen que hay que decir las cosas porque las palabras son para eso: para comunicar, para decir, para hacerse oír; las palabras no son para quedarse guardadas revoloteando en un cajón de sueños imaginario.

Me dicen que hay más tiempo que vida, pero que el tiempo que importa es el mío; ya el tiempo que sea sin mí no tiene tanta trascendencia. Se vive en función del tiempo personal.



Yo digo que no necesariamente.

01 mayo, 2006

Viviendo momentos postmodernos

Ya que soy víctima de un bloqueo mental de grandes magnitudes gracias a palabras que quieren salir pero se arrepienten, voy a seguir el rastro de Humo inspirador de los momentos postmodernos.

A mí me parece un relajo eso de negar momentos postmodernos, ya lo dije donde Humo, sin embargo como dice acertadamente Mi amiga la sirena (última vez, lo prometo!!) es eso o decir:

"Mirá, es que la conocí por medio de un blog... Es una vara donde escribís lo que querás... Sí, es público, cualquiera lo puede leer..."

Y terminás casi dándole la dirección del bosque con todo y mapa o sabiendo que van a darle vueltas y vueltas a esto para encontrar el punto de encuentro.

Entonces sí, hay que tejer grueso y delgado o en mi caso, medir los hilos largos y cortos para encontrar esas convenientes historias que niegan el postmodernismo pero dejan continuar con la catarsis anónima en cuestión.


Pero hay que vivir los momentos postmodernos para poder negarlos, planeás esta excursión a tierras santas y te vas cargado de hilos para poder acoplarte a la pregunta que aparezca en el momento preciso. Total, siempre estarán a mano las respuestas del Foro de Comunicadores (cortesía de Maya) o como dijo el querido Zuzu el Culto Satánico (que después que lo pensé tiene sentido con el Comando Marañón).

Como dije en el post anterior, los momentos postmodernos son suavizadores de expresión; con una ventaja gigante que aparecen en el tiempo y lugar indicados; que juntan profesionales y no profesionales en la materia para dar terapia de grupo (y no es esa terapia de grupo de "Soy Ana, tengo sangre provenzal"... "Hola Ana!!"). Terapia tratando de lidiar con creaturas, infumigables, innombrables, idiotas, pendejos (as) y fulanos difíciles de manejar en solitario.

Son necesarios estos momentos, si después hay que negarlos pues no queda de otra; podrán venir unos muy decididos a decir que total qué importa, que para qué hacer "tanto conflicto" por cosas tan simples. Lo que no se sabe es que ni hilar, ni medir, ni cortar es un conflicto, al contrario, es parte del postmodernismo.